ARQUITECTURA VENEZOLANA. MI VISIÓN.
- jesusleandrosanchez
- 15 mar 2019
- 7 Min. de lectura
Actualizado: 18 may 2019
La arquitectura venezolana ha tenido una característica común en todas las épocas a excepción de la actual y es su adaptación a las condiciones climáticas de acuerdo a la experiencia empírica obtenida a través de los años, desde las viviendas bioclimáticas precolombinas hasta los parasoles de concreto de las edificaciones modernistas.
El desarrollo tecnológico propio de la época contemporánea ha permitido que nuestra especie en vez de adaptarse a su medio de forma natural, recree “condiciones de confort” artificiales que irónicamente empeoran las “condiciones de confort” naturales a nivel global, ésta ambición tecnológica ciertamente trae beneficios, sin embargo, su mal uso y desconsideración acarrea gastos extra de mantenimiento que no se apreciaban en las edificaciones anteriores.
La mayoría de los desarrolladores privados han mantenido la intención de generar edificios bellos y funcionales pues necesitan que sean así para garantizar el éxito de sus proyectos, sin embargo, aunque todos formamos parte de la ciudad no son ellos los encargados de crear espacios para todos, lo público, las obras públicas y los espacios públicos creadores de ciudad han sido y siguen siendo responsabilidad del estado, el decaimiento aparente de la cantidad de obras arquitectónicas venezolanas de caracter público resaltantes desde mediados de los 90 es un hecho de múltiples causas, entre las cuales están:
1- La falta de voluntad política y precaria visión de las personas en el poder sobre lo que debería ser la ciudad, así como la falta de seguimiento a las buenas directrices que en ocasiones se establecen.
2- Mal asesoramiento en cuanto al desarrollo urbano, unido a un mal concepto de gerencia de la ciudad en donde no se delegan funciones a las personas especializadas y se toman decisiones por criterio propio de parte de los gobernantes sin fundamento técnico ni estudio previo que acredite la efectividad de las decisiones en el ámbito urbano-edificatorio.
3- La desconsideración y subestimación de la figura del arquitecto y el urbanista como profesionales indispensables para el desarrollo de la ciudad que incluso generando planes de altísima calidad son ignorados por los políticos que hacen caso omiso a dichas propuestas, sobreponiendo criterios errados por encima de las propuestas del urbanista o arquitecto.
Se podrían seguir mencionando causas sin embargo éstas resultan las más relevantes.
El clímax de las obras arquitectónicas de carácter público fue alcanzado entre las décadas de los 50s y 70s, principalmente en Caracas, cuando aparece la modernidad en escena, nuevos materiales, nuevas necesidades para una nueva sociedad cada vez más grande y aunque la modernidad mantiene líneas muy internacionales, los más emblemáticos edificios venezolanos son adaptaciones de la misma, pues los arquitectos de la época se dieron cuenta de que copiar los diseños europeos en Venezuela era poco factible, ya que estos no se adaptaban al clima y a las costumbres venezolanas, y por lo tanto tendían a “ranchificarse” con toldos y elementos ajenos al estilo. Es por eso que los arquitectos venezolanos “criollizan” la arquitectura moderna y logran hacer obras maravillosas que siguen siendo hitos de nuestras ciudades.
Se dieron experimentos, algunos muy acertados como la reurbanización del silencio, en donde se cambió la imagen urbana de lo que antes era un sitio marginal y se sustituyó por edificios residenciales con un perfil urbano adecuado, comercios con elementos tipo galería aporticada que traían al presente los corredores de las casas coloniales y espacios comunes de convivencia propios de las viviendas indígenas como el “shabono”, de igual manera hubo experimentos medianamente acertados como algunos de los superbloques, cuyo único punto en contra fue la poca identificación de parte de la sociedad ante una vivienda demasiado vertical que no presentaba los espacios internos a los cuales la población estaba acostumbrada a pesar de ser proyectos fantásticos para la época desde el punto de vista arquitectónico.
Mucho antes de esto, cuando aparece la arquitectura moderna en Europa, Le Corbusier plantea los 5 principios de ésta y Villanueva, admirador de Le Corbusier toma estos principios y los adapta a la realidad venezolana, hay una compresión de las características ambientales, sociales y culturales que hacen de su arquitectura un trabajo trascendental.
Villanueva separa la estructura de los cerramientos, emplea las fachadas de ventanas continuas pero no las deja desnudas, les coloca “briesoleils” para protegerlas del sol, levanta los edificios sobre pilares dejando la planta libre, pero los cierra con muro calado, para proteger del clima y permitir la ventilación al estilo de los zaguanes de las casas coloniales, y tal como en estas, pone los patios en las plantas bajas, no solo en el centro de los edificios sino interactuando con estos mientras que en el techo en vez de poner un jardín coloca un techo diferente como remate, hay una clara comprensión de la necesidad de sombra en sus edificios, se destaca también el uso de mosaicos o cerámicas horneadas que llenan de arte de alto nivel y bajo mantenimiento los espacios, es decir, hay en estos proyectos una tipología de arquitectura, que se puede llamar con propiedad, venezolana.
Este es solo un ejemplo con el caso de Villanueva en Venezuela, hay otros casos mas específicos según cada arquitecto y según cada país, en donde estos profesionales entendieron la realidad en la que iban a implantar sus edificaciones y de esta manera lograron generar un sentido de pertenencia que caló en los habitantes y una identidad que es fácilmente reconocible desde el exterior, por ejemplo, cuando se habla de arquitectura moderna de Brasil, se piensa en formas sutiles, elegantes y curvas muy Niemeyer, igual pasa con Venezuela, que es mas morfo-funcional, colores, mosaico, planta libre y elementos que controlen la luz.
Entonces, si hay una arquitectura Venezolana, a mi criterio, relacionada más con el modernismo porque fue la época en donde se dió una fusión adecuada de los elementos arquitectónicos que venían trabajándose durante siglos anteriores, sin embargo, su duración fue muy breve en comparación con las otras etapas, por lo que es inevitable preguntarse ¿Qué pasó para que la arquitectura cambiara de rumbo?
En años recientes, la diversidad marca la pauta y seguimos viéndonos influenciados por el exterior, se sigue haciendo arquitectura del vidrio y acero, arquitectura del bloque de arcilla sin identidad, los prefabricados como panales de abejas que parecieran albergar ciudadanos todos iguales, ya no se ve la arquitectura del concreto en obra limpia debido a su alto costo frente a nuevos sistemas constructivos, pero dentro del caos hay arquitectos que siguiendo los buenos ejemplos anteriores y entendiendo la realidad del lugar diseñan e implantan sus edificios mostrando creaciones espléndidas que, sin embargo, en muchas ocasiones pasan de lado debido a que actualmente en Venezuela el sector construcción esta prácticamente paralizado.
Inevitablemente para hacer buena arquitectura en Venezuela es preciso entender primero la arquitectura venezolana y determinar que camino debe recorrer ahora.
Desde mi visión particular:
Es imprescindible tener la capacidad de proyectar la ciudad y una arquitectura que se adapte a las nuevas necesidades, no solo edificatorias sino de identidad cultural, con una población que ya esta acostumbrada a ver mezclas de volúmenes que transgreden la retina y dañan el subconsciente, para las cuales cualquier intento de crear algo agradable puede resultar en el deterioro del mismo, por tal motivo es necesaria la identidad de esa nueva arquitectura, identidad como generadora de patrimonio y patrimonio como generador de identidad.
Es un ciclo regenerativo para la ciudad, a través de la arquitectura y la reincorporación de los espacios públicos bien diseñados, con espacios de sombra y edificaciones para la cultura y la educación, a nivel general se trata de crear un sistema directamente proporcional, mientras más edificaciones de utilidad pública generen sentido de pertenencia, estos serán cuidados por la misma población y mientras más cuidados sean estos espacios mas lugares similares se podrán crear.
La arquitectura de la actualidad debe reinterpretar los estilos anteriores, asimilarlos, sintetizarlos y generar respuestas diversas utilizando las bondades de cada una las arquitecturas que más nos han influenciado como sociedad, a mi parecer:
Rescatar los principios de la arquitectura precolombina de adaptación de la vivienda al medio ambiente, tal como lo muestra Fruto Vivas en algunas de sus obras, manejar las orientaciones para generar ventilaciones cruzadas que hagan cada vez menos necesario el uso del Aire acondicionado en un clima que casi por obligación lo requiere.
Tomar los elementos espaciales de la vivienda colonial, los patios internos como jardines o dobles alturas, los corredores con columnas como elementos de conexión y permanencia, el zaguán como porche o antepatio, tal como lo hizo Jimmy Alcock en la “Casa la Ribereña” incorporando elementos modernos como las pérgolas de geometría pura.
Trabajar bajo el concepto unificador de la arquitectura republicana, a la manera de Juan Hurtado Manrique, con el cual observamos neogótico, neoclásico, cúpulas de distintas geometrías, tal como es nuestro estilo, por mas que queramos definirlo siempre será ecléctico, (si entendemos el eclecticismo desde su definición académica: “Fusión de varios estilos”), teniendo esto como premisa, podemos arriesgarnos a mezclar nuevamente elementos pasados y actuales para obtener resultados óptimos.
Entender el procedimiento que llevó a la arquitectura moderna venezolana a dar buenas respuestas, de manera sencilla no es más que la correcta interpretación del pasado mezclado con las influencias provenientes del avance tecnológico observable muchas veces en el exterior.
Adaptar todas las nuevas tecnologías de la arquitectura contemporánea bajo una óptica racional de utilización que se enfoque siempre en la auto sustentabilidad económica de la edificación o por lo menos, la tecnología en beneficio del confort y la disminución del costo de mantenimiento.
Es necesario crear espacios con sombra, bien ventilados, rescatar el verde de las viviendas coloniales e incorporarlas a diseños altamente tecnológicos, considerar al concreto y al acero como materiales de construcción debido a que ambos se dan en el territorio, rescatar la idea de los bulevares o parque longitudinales que unen puntos específicos de la ciudad tales como el Parque Vargas, Los Caobos, los ilustres o el Bulevar que en su momento se creo frente a la antigua Universidad Central de Venezuela durante la arquitectura republicana.
Las respuestas seguirán siendo diversas y con identidad propia que genere sentido de pertenencia en la población, ese es el camino que debe llevar la arquitectura
contemporánea en un país que lo tiene todo para ser lo que se proponga ser.
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